viernes, 16 de septiembre de 2016

EL PELIGRO DE UN CORAZON VACIO


Mateo 12:43-45 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él, y entrados moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación.

El salmista David, habla acerca de que su corazón estaba lleno “Mi copa está rebosando” (Salmo 23:5)

Es necesario que nos mantengamos en una incesante búsqueda del rostro de Dios para que nuestro corazón se mantenga lleno de Dios. Con esa búsqueda vendrá también la obediencia a su Palabra ; lea esto:Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10).

Dios no da su Espíritu por medida. El habla de rebosar, plenitud, abundancia, altura, anchura, profundidad y longitud. veamos pues lo que Dios ha hecho para que evitemos el peligro de un corazón vacío.

La abundancia de gozo
Después que Jesús les dio a sus discípulos el mensaje acerca de la Vid verdadera, enfatizando la necesidad de permanecer en él, les dijo lo siguiente “Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido” (Juan 15:11). “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos” (Salmos 122:1). “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón” (Hechos 2:46) Si somos asiduos a la casa de Dios y si perseveramos en unidad, estaremos gozosos, siempre gozosos.

Plenitud de Dios (el Padre)
“Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Efesios 3:19)


Plenitud de Cristo
“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del cono cimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13).

Plenitud del Espíritu
“No os embriaguéis con vino en lo cual hay disolución, Antes bien sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18)

Note que se compara el efecto del vino con el ser llenos del Espíritu, esto es así porque ambas cosas cambian la personalidad. Si comparamos al Pedro, de Mateo 26:69-75 con el de Hechos 2:14, veremos una gran diferencia, y esa diferencia la hizo el bautismo con el Espíritu Santo.

En Mateo, Pedro niega tres veces al Señor, y en hechos enfrenta a la nación y la llama al arrepentimiento.

Así que, lo que la iglesia de hoy necesita, no es mas organización, ni mejorar el sonido, ni mejores templos, ni mas estudios teológicos, si no un PENTECOSTÉS. “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen” (Hechos 2:4)

Otro ejemplo que podemos citar es el de Esteban, quien no era evangelista, ni pastor ni misionero; era simplemente un diácono. Esteban cuando terminaba su servicio a la iglesia, se iba a predicar a la calle. Fue arrestado y condenado a muerte; y mientras recibía las pedradas, dice la Biblia: “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo. Puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios” (Hechos 7:55).

El secreto para ver los cielos abiertos y contemplar la gloria de Dios, es estar llenos del Espíritu Santo. Los problemas y escándalos que se ven en la iglesia moderna son un problema de corazones vacíos que lamentablemente no quedan así, sino que son llenados por los demonios. Por eso es que como ya no se insiste en la llenura del Espíritu hay que enseñar a hablar en lenguas, como ya no se danza en el Espíritu hay que formar coros de danzas. Por doquier surgen los auto denominados “apóstoles”, “profetas” y falsos maestros que desvían al pueblo de la verdad. Muchos pastores por el afán de tener a mucha gente en sus congregaciones, aceptan a todos, sin que llenen la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

Amados volvamos al libro de los Hechos. Llena tu corazón.
Evita el peligro de tener UN CORAZÓN VACÍO. ¡¡¡CRISTO VIENE YA!!!

Por José D. Muñoz


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