Salmos 11:3
Lamentablemente existen muchos hogares rotos porque los padres solo piensan en ellos mismos y por su egoísmo destruyen a las víctimas más vulnerables, sus hijos. El fundamento de una sociedad es el hogar. Pero el hombre y la mujer destruyen sus hogares y son los hijos los que pagan las peores consecuencias. Es por esa causa que vemos tanta delincuencia en nuestras ciudades.
«Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.»
S. Lucas 23:28.
0 comentarios:
Publicar un comentario