«El justo florecerá como la palmera.»
Salmos 92:12 a
El salmista se refiere aquí a la palmera datilera, la cual crece en el desierto, donde ni tan siquiera crece una simple brizna de hierba.
Hay muchas similitudes entre este tipo de palmera y el justo.
La semilla es llevada al desierto por el viento: «El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.»Juan 3:8.
Una vez en el desierto, la semilla crece, pero hacia abajo y así viaja a las profundidades hasta encontrar agua y comienza a fortalecerse y brota hacia afuera, crece y da sus dátiles que deja caer a la tierra y crecen otras palmeras de la misma forma y todas halando agua la traen a la superficie y donde no había vida se forma un oasis con agua, comida y sombra para bendición de los viajeros. También la palmera tiene una capa exterior muy dura su interior blando.
Como ven el justo crece donde otros languidecen y no solo crecen producen frutos y no se quedan solos, son duros por fuera para no dejar penetrar el pecado pero blandos por dentro para amar aun a sus enemigos.
Estás creciendo como la palmera? Si así es, nos veremos en gloria!
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