lunes, 7 de enero de 2019

Es homicidio premeditado.


Dios forma personalmente a cada niño en la matriz. Job dijo: “El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida” (Job 33:4). 

David se regocijó: “Porque tú... me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;... y mi alma lo sabe muy bien” (Salmo 139:13-14). Lo que Dios forma en la matriz es un “yo”, una persona que tiene un “alma”.

David también confesó: “He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre” (Sal. 51:5). Desde su concepción en la matriz, David venía con la naturaleza caída de Adán. Los objetos y animales no pueden ser pecadores; no tienen ninguna responsabilidad moral. 
Solo el ser humano puede ser pecador. Por lo tanto, la triste realidad de que estamos en un estado pecaminoso desde la concepción prueba que la concepción crea a la persona humana. 

El aborto es un ataque contra la persona humana con la intención de matarla. Es homicidio premeditado.

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