viernes, 5 de febrero de 2016

EXTRANJEROS Y PEREGRINOS

Dos de las mas fascinantes imágenes del cristiano son las de “extranjeros y peregrinos” y la de “ciudadanos del cielo” Lo que ata estos dos conceptos es el llamado en Cristo Jesús “entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo (Rom. 1:6).

Ellos ya no pertenecen a este presente sistema mundial, en vez de eso son ciudadanos del cielo y extranjeros y peregrinos en la tierra.
Este llamado tiene cuatro diferentes aspectos.
1 – Los cristianos son llamados fuera
Iglesia viene del griego Ekklesia y se usa 114 veces en el N.T. significa que la iglesia de Dios es la “asamblea de los llamados fuera” .Desde que el hombre pecó Dios ha estado buscando al pecador para reciba su perdón “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Luc. 19:10).
Dios busca al los pecadores por su gracia, porque los pecadores no buscan a Dios “No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios” (Rom. 3:11) Así que la iniciativa viene del corazón amante de Dios, no del corazón rebelde del hombre.
Pablo describe ese paso que Dios toma de la siguiente manera: “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo ( 2 Tes. 2:13-14). Nuestro llamado comenzó en la eternidad, cuando Dios el Padre nos escogió en Cristo, “antes de la fundación del mundo” (Efe. 1:4). Jesús dijo: “No me escogisteis vosotros a mi, mas yo os escogí a vosotros” (Juan 15:16).
2 – El segundo paso que Dios toma por gracia para ganar a los pecadores:
El envía mensajeros a compartir las buenas nuevas de salvación, Pablo escribió: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? (Rom. 10:14).
El nuevo lugar… ¿De qué hemos sido llamados fuera? Hemos sido llamados fuera del mundo. Jesús dice: “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo (Juan 17:16). Pero… ¿Qué quiere decir El con el mundo? Ciertamente no el mundo físico ni el mundo de la gente (1 Cor. 5:9-10) “Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo Nosotros tenemos un muy importante trabajo que realizar y no lo podemos hacer aislándonos de todos los demás. Por el “mundo” Jesús quiere decir: el sistema diabólico que esta detrás de los pecados de este mundo. De la sociedad sin Dios y en contra de Jesucristo. El “mundo” es el presente orden de cosas organizado por Satanás para oponerse a la obra de Dios.
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre (1 Juan 2:15-17).
En nuestras conversaciones diarias a menudo usamos la palabra mundo, para referirnos al sistema invisible que ejerce influencia. Por ejemplo, cuando hablamos del mundo de los deportes, El mundo de las finanzas, el mundo de la política, el mundo de la moda, etc. Cuando la Biblia nos advierte acerca del mundo, la frase es usada en ese mismo sentido, para describir al invisible pero influencial sistema de cosas que son opuestas a Dios.
3 – Nuestra antigua ciudadanía era en el mundo, (Efe. 2:1-3)
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás , pero nuestra nueva ciudadanía es en los cielos (Fil. 3:20) “
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; . Dios nos ha llamado fuera de la muerte y a la vida, (Juan 5:24-25) “
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán , fuera de las tinieblas a la luz (1 Ped. 2:9), “
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios,  para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; , fuera del reino de Satán al reino de su Hijo “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Col. 1:13), “
4 – Fuera de la deshonra a su maravillosa gloria (1 Ped. 5:10)
“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”
Nosotros ocupamos una nueva posición en Cristo, y esta nueva posición determina nuestra conducta (Efe. 4:1) “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados
En cuanto al sistema del mundo, los hijos de Dios son extranjeros y peregrinos (1 Ped. 2:11) “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma . El extranjero está lejos de su hogar, pero el peregrino va camino a su hogar. …El extranjero vive con los nacionales del país donde se encuentra, pero no es uno de ellos. Pero el peregrino es como Abraham, que salió por fe y obedeció el llamado del Señor. (Heb. 11:8-10) “
Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios y 14-16 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad
A donde quiera que Abraham llegara, levantaba su tienda y edificaba su altar. Se necesita ambas cosas si queremos tener éxito en nuestro peregrinaje cristiano.
Todos nosotros vivimos en un “tabernáculo” un frágil cuerpo humano, (2 Cor. 5:1).
Cuando un cristiano muere el “tabernáculo es desmontado” y el espíritu se va para estar con Cristo en Gloria (Fil. 1:21) Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Pero mientras estemos viviendo en este mundo, debemos tener cuidado de no comenzar a vivir como este mundo o para el mundo, debemos tener cuidado de no comenzar a amar lo que este mundo ama (1 Juan 2:15-17). No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre
Y de no conformarse a este mundo (Rom. 12:2). Santiago 4:4 nos advierte que la “Amistad con el mundo es enemistad con Dios” Claro que debemos ser amables con los no salvados pues de otra manera no podríamos testificarles, pero debemos tener cuidado de no mancharnos con el mundo (Sant. 1:27). O enredarnos con el mundo (2 Tim. 2:4). Nuestra luz debe brillar delante de todos para que los pecadores crean en nuestro salvador y se nos unan en nuestro peregrinaje.
Pero no piense que somos peregrinos solitarios, porque el Señor nos ha llamado “unidos”
(Hech. 2:44) Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas.   No dejando de reunirse como algunos tienen por costumbre. (Heb. 10:25). Todos los cristianos debemos atender la amonestación de José a sus hermanos cuan los envió de vuelta a Canaan, “No riñáis por el camino” (Gen. 45:24). Hemos sido llamados fuera del mundo para que. Cristo pueda enviarnos de vuelta al mundo para que podamos rescatar a otros del mundo (Juan 17:18) “Como tu me has enviado al mundo, así yo los he enviado al mundo”. Si nosotros fuéramos del mundo, no podríamos ayudar al mundo, Pero porque ya no pertenecemos al sistema de este mundo, estamos libres para guiar a otros al gozo de la salvación por la fe en Cristo.
Nosotros debemos decir como le dijo Moisés a su suegro:
Entonces dijo Moisés a Hobab, hijo de Raquel madianita, su suegro: Nosotros partimos para el lugar del cual Jehová ha dicho: Yo os lo daré. Ven con nosotros, y te haremos bien; porque Jehová ha prometido el bien a Israel (Num. 10:29).
Nosotros hemos sido llamados para obedecer a Dios. Debemos deshacernos de todo aquello que nos impida el oír y obedecer a Dios. Nosotros no sabemos cuando Dios puede llamarnos. Fue durante un culto de adoración en Antioquia cuando Dios llamó a Saulo y a Bernabé para que llevaran el evangelio a los gentiles. Ellos fueron llamados por Dios y enviados por el E.S. trabajando a través de la iglesia. (Heh. 13:1-4).
El contraste entre Abraham y Lot ilustra esta verdad. (Gen. Caps. 12-19) Abraham creyó a Dios y salió en obediencia a la tierra de la cual el nada sabía; Dios le guió un paso a la vez, un día a la vez. Y A donde quiera que Abraham llegaba levantaba su tienda (extranjero y peregrino) y edificaba su altar (un ciudadano del cielo) El estaba listo a obedecer.
Lot en contraste no tenía el corazón de un peregrino, El estaba fascinado con Sodoma y comenzó a moverse en esa dirección (Gen. 13:5:13). Abraham mantuvo su posición de separación, pero Lot eventualmente se mudó a Sodoma y fue hecho prisionero por el enemigo (Gen. 14:12). Abraham rescató a su descarriado sobrino, pero Lot volvió directo a Sodoma otra vez. Cuando los ángeles visitaron a Sodoma encontraron a Lot sentado a la puerta, lo que indicaba que era un oficial en la ciudad (Gen. 19:1). Lot abandonó su tienda y su altar, y todo aquello por lo que vivió desapareció convertido en fuego y cenizas cuando Dios destruyó a Sodoma y Gomorra, y el se salvó “así como por fuego” (1 Cor. 3:15).
Como nuestra ciudadanía está en los cielos y nuestro hogar está en los cielos debemos buscar más a Dios para que seamos fieles como esposos, padres, hijos, empleados, ciudadanos, amigos y siervos de Dios.
Era esta clase de fe celestial la que motivó a hombres de fe como Abraham, Isaac y Jacob; porque ellos buscaban una ciudad, cuyo arquitecto y constructor en Dios (Heb.11:10 y 13-16)
Los ojos de los extrageros y peregrinos de Dios, no deben mirar atrás a la vieja vida “ Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová,a como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra.  Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, (Gen. 13:10-11).
(Luc 9:62) “Y Jesús les dijo: ninguno que poniendo su mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios”. Nuestros ojos tenemos que ponerlos “arriba” (Col.3:1-3).
Nosotros sabemos que no es fácil ser un extranjero y peregrino fiel, Pero el premio lo amerita. Nosotros sabemos que estamos cerca muy cerca de nuestro hogar celestial, y que muy pronto nuestro Dios nos viene a buscar ¡ Tes. 4:17.
¿Qué somos? Extranjeros y peregrinos.
Por José D. Muñoz

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